de estrellas muy encendidas
y una a máximo fulgor,
fue que encontré a la mujer
que quiso darme su amor.
No en vano estoy tan feliz
pues su pasión me devora;
supo entender mi dolor
y restañar mis heridas
y para corresponderle
voy a entregarle mi vida.
Comprendo que hay que luchar
y alimentar día a día
el fuego de la pasión,
más se que vale la pena
…lo dice mi corazón.
Ya no pensaba encontrar
un amor tan pasional
como el que me da el destino,
que la puso en mi camino
para bien, no para mal.
Y con este beneficio
se potencian mis sentidos,
el pecho marca su ritmo
diciendo en cada latido
que el amor dará los frutos
que van a movilizarme,
mostrándome lo admirable
de volver a enamorarse.
Y lo que más yo celebro
que amar es maravilloso,
es plenitud también gozo
es milagro que te aborda
y se hunde en el corazón
y allí pierdes la razón
y te conviertes en loco;
loco que no tiene cura
pero ya no te interesa
pues es de dos la locura.
Autor: Jorge Horacio Richino - En
Buenos
Aires a los 10 días de noviembre de 2007
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