Tengo el acero templado
para continuar la lucha
que por escasa o por mucha
me vaya a ofrecer la vida.
A pesar que tengo heridas
que han dejado en mi sus huellas,
haré recto mi camino
siguiendo siempre mi estrella.
Y ni rayos ni centellas
ni volcanes encendidos
habrán de destruir mis sueños
que todavía están vivos.
Reconozco, en la contienda,
que enfrento a duros rivales,
mas no voy a doblegarme
ni aunque vengan por millares.
Clara tengo mi consigna
porque la traigo en los genes,
hay que pelearle a la vida
aunque en ello deje todo,
y si lo veo de otro modo
tendré la guerra perdida.
Autor: Jorge Horacio Richino - en Buenos Aires a 5 días de agosto de 2007 (Todos los derechos reservados).