Si no hubiera en este mundo gente nociva y envidiosa, seguramente la vida transcurriría plena, dulce y totalmente despojada de las punzantes espinas que no debiera contener la rosa. Si prestaran atención a las heridas que infieren sus afiladas púas, tal vez lograrían comprender que duras e imborrables son las cicatrices que suelen dejar con su aciago proceder. Así transcurren sus días despreocupadamente haciendo sus mejores conveniencias, sin mirar para nada alrededor, sin reparar en los daños a terceros, y destrozan cuanto pueda obstruir su paso sin siquiera sufrir el menor remordimiento, mientras tanto otros van ... camino hacia el tormento. ========================================= Autor: Jorge Horacio
Richino. =========================================
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